

“Lo internacional y lo nacional"
Durante la primera mitad del siglo XIX hubo muchos cambios en la sociedad, estos cambios fueron el resultado de fenómenos que predominaron en las diferentes esferas sociales. De hecho, se llego a creer que la Revolución Francesa significaba "La bestia del Apocalipsis" ya que había sectores que aceptaban los cambios pero otros que los rechazaban. Estos fenómenos aun continúan presentes en la sociedad mexicana y en el mundo, algunos están en contra y otros están a favor. El pensamiento político ya había girado en el siglo XVIII hacia el liberalismo que es la doctrina política que defiende las libertades y la iniciativa individual, y limita la intervención del estado y de los poderes públicos en la vida social, económica y cultural. El cambio hacia el desarrollo industrial, el cual surge en Inglaterra rompe con la creencia de que la riqueza de un país se basa en los metales preciosos y las cosas materiales, esto logro que la burguesía se convirtiera en el principal elemento de la economía. En esta primera mitad del siglo XIX aun la economía se basaba en la agricultura y la vida domestica, hubo construcción de vías férreas y modernización de diferentes sistemas de agua como canales, etc. En los bancos, los créditos aumentaron y se agilizaron disponiendo de mayores capitales. El promedio de vida se acorta cada vez mas cuando consumimos productos son artificiales. El economista Tomas Roberto Malthus plantea que para que traer seres inocentes a sufrir a este mundo si vivirán con crueldad y miserablemente. El liberalismo económico es representado con la frase “dejar hacer, dejar pasar libremente”, que para los teóricos clásicos como David Ricardo y el escocés, Adam Smith, plantearon como fuente de riqueza el trabajo libre, el valor basado en la oferta y la demanda y la liberación del comercio de toda prohibición, por lo que la competencia se eleva a nivel de principio de las economías capitalistas. La burguesía tuvo presencia, concretada con los postulados de la Revolución Francesa de 1789, con una concepción muy
peculiar del mundo: el liberalismo corresponde a una ideología individualista cuyo planteamiento sobre el contrato que los individuos realizan frente al Estado, eleva a éste a la categoría de protector de los intereses individuales del hombre, así como sus libertades de manifestación, expresión, escritura, de tránsito y de asociación. Por lo que es la burguesía, la clase dominante en lo económico y en lo ideológico-político con apoyo del Estado, la que tendrá que enfrentar las luchas sociales que el antagonismo y los intereses irreconciliables entre la burguesía y el proletariado entrarán en la escena política durante éste período hasta la actualidad. Se dice que el liberalismo político fue el bastión de las luchas revolucionarias de la época, así como el germen de las libertades democráticas universales, hoy denominadas los Derechos Humanos ampliados, mucho de éstos sin aplicación. La influencia expansionista se encuentra presente en la región y en México en particular, diferentes paradigmas económicos han impuestos las naciones imperialistas a lo largo del proceso del capitalismo hasta la etapa actual de la globalización, con el “neoliberalismo” como modelo de la economía, para el “progreso” de las naciones. La relación pasado-presente que encontramos en el texto es de que a partir de las diferentes guerras que han surgido en el ámbito nacional como internacional se han dado diferentes cambios que hasta el momento vemos en nuestra política y nuestra economía.
“La crisis de México en el Siglo XIX”
La República Mexicana no sólo había perdido más de la mitad de su territorio, sino que sufría también de extrema inestabilidad política, de severa depresión económica y de conflictos tanto raciales como sociales. El virreinato de Nueva España era la estructura política más importante a fines del siglo XVIII. Su territorio incluía el México actual, América Central, las Filipinas, Cuba, Puerto Rico, Florida, las regiones costeras de Alabama y Mississippi, etc. El corazón del virreinato, sin embargo, lo constituía una región aproximadamente del tamaño del México actual. Esta área era la parte más poblada y rica del virreinato.Por la parte de la economía, la Nueva España no se preocupaba puesto que era fuerte y estaba bien distribuido el capital. Las minas de plata ayudaban a al crecimiento. El siglo XVIII en México puede describirse como
una sociedad rica y capitalista,cuya economía se caracterizaba por la propiedad privada de los medios
de producción, por empresarios interesados en las utilidades, una fuerza de trabajo libre y asalariada y
por el intercambio de capital, mano de obra, bienes y servicios en un mercado libre. El contraste entre la
Nueva España y el México republicano fue enorme. Las guerras de la Independencia y el caos que siguió , arruinaron la economía de la nación y destruyeron la legitimidad de sus instituciones. La inestabilidad política del país hizo de México presa fácil para la agresión extranjera. La república enfrentó las invasiones de España, en 1829; Francia, en 1838; Estados Unidos, en 1847, e Inglaterra, España y Francia, en 1861. Las finanzas, sin embargo, eran el obstáculo más grande para la recuperación de la minería. En el periodo colonial los empresarios mexicanos habían logrado juntar millones de pesos en recursos locales
para financiar las operaciones mineras. La guerra y las condiciones inestables que le siguieron destruyeron la
confianza pública, tan necesaria para las inversiones. La violenta Revolución de 1910 rechazó este convenio. Desde 1910, los gobiernos mexicanos han sopesado el deseo de poseer una soberanía económica nacional con la necesidad de capital y tecnología extranjeros. Sólo se puede especular cómo México se habría desarrollado sin la crisis del siglo XIX ya que para poder ganar mas capital se tuvieron que dar mas cosas a cambio y por eso fue la crisis.
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